El sector agrícola es uno de los pilares fundamentales de la economía mundial, pero en la actualidad, se enfrenta a dos grandes retos. Por un lado, alimentar a una población mundial en aumento, por lo que es imprescindible mejorar los rendimientos de las producciones agrícolas, en muchas ocasiones escasos, debido al cultivo de variedades antiguas y tradicionales, o a la falta de adaptación de las variedades a las condiciones ambientales, ya sea por el cambio climático u otros factores. Por otro lado, favorecer el manteniendo del sector agrícola, para lo cual es imprescindible que se generen ingresos suficientes para los agricultores, de modo que les permita mantener su actividad.
La herramienta para hacer frente a estos dos grandes retos es el fitomejoramiento. Esta herramienta está consiguiendo aumentar los rendimientos de los cultivos y obtener variedades más adaptadas a las exigencias del consumidor, lo cual permite mejorar la rentabilidad para los agricultores. Pero el fitomejoramiento requiere conocimientos especializados y un gran esfuerzo de inversión en tiempo y recursos financieros y humanos, puesto que, para crear una nueva variedad con características mejoradas se pueden requerir hasta 15 años, y más aún hasta que se introduce en el mercado y la adoptan los agricultores.
Para proteger todo este esfuerzo de los obtentores, vital para el sector agrícola, es necesario disponer de un marco legal que lo proteja, y este marco legal no es otro que la protección de variedades vegetales. Se basa en la propiedad intelectual y, al igual que para el autor de un libro, supone una manera de garantizar una recompensa justa para el que ha realizado dicho esfuerzo. En el caso de las variedades protegidas, esta protección supone que, para determinados actos con material de multiplicación, entre los que se encuentran entre otros la multiplicación y la venta, se requiere la autorización del obtentor.
La mandarina Orri es una variedad protegida de calidad mejorada que, gracias a sus excepcionales cualidades organolépticas, supone un caso de éxito de todo este esfuerzo llevado a cabo por el obtentor, en este caso el Agricultural Research Organization de Israel. Además, la implementación de un exclusivo sistema de gestión monitorizado por el Orri Running Committee (ORC), que se fundamenta en el control, la defensa y la promoción de la variedad, está permitiendo que los agricultores estén obteniendo mejores rendimientos en sus cultivos, lo que contribuye a la mejora del sistema productivo del país y al mantenimiento de la actividad citrícola.
Este sistema de gestión se sustenta en la identificación de la fruta Orri licenciada con el objetivo de velar por el origen legítimo de la fruta, evitando la competencia desleal de productores no autorizados o el fraude al consumidor, al identificar como Orri productos de menor calidad. Desde ORC pensamos que mantener la homogeneidad de la calidad de la variedad Orri es la mejor tarjeta de presentación de esta exclusiva mandarina y el mejor modo de fidelizar al consumidor.
Guillermo Soler
Gerente de Orri Running Committee