A menudo, es común confundir los términos agroturismo y turismo rural, aunque estos no sean sinónimos. El agroturismo es un tipo de turismo que se desarrolla en el ámbito rural, enfocado en la promoción de actividades agrícolas y ganaderas.
El objetivo principal del agroturismo es poner en contacto al visitante con las actividades tradicionales que se desarrollan en una determinada región, ofreciéndole la oportunidad de vivir una experiencia inmersiva en la vida y las costumbres de las comunidades rurales.
Se trata de un tipo de turismo que ha aumentado en todo el mundo en los últimos años, debido a su creciente popularidad y al aumento de la demanda por realizar viajes más sostenibles.
Los viajeros buscan, cada vez más, experiencias diferentes, que les alejen de los destinos turísticos tradicionales, adentrarse en el silencio de la naturaleza y entrar en contacto con la vida, cultura y tradiciones de su país, gran parte de las cuales, todavía permanecen intactas en muchas zonas rurales.
Asimismo, ofrece al turista la posibilidad de interactuar con la agricultura, participar en diversas actividades agrícolas o, incluso, aprender más acerca del origen y producción de determinados productos autóctonos o incluso de degustar alimentos frescos, orgánicos o elaborados a partir de una determinada materia prima.
Beneficios del agroturismo
Además de ofrecer una experiencia inolvidable para el turista, el agroturismo también promueve el desarrollo económico y cultural de las comunidades rurales, así como el apoyo a los agricultores y ganaderos.
–Apoyo a las comunidades rurales. El agroturismo es una importante fuente de ingresos para las comunidades rurales y algunas pequeñas explotaciones. Al abrir sus puertas a los turistas, agricultores y productores locales pueden diversificar sus fuentes de ingreso, fortaleciendo, así, su economía.
–Estímulo a la Economía Local. El agroturismo inyecta dinero directamente en las economías rurales. Al incrementarse el número de visitantes, supone un mayor beneficio para la zona. Esto no solo beneficia a los propietarios de las explotaciones agrícolas, sino que incrementa, a su vez, la creación de empleo en diversos sectores como la hostelería, el turismo guiado o la artesanía local.
– Promoción de la Cultura Local. Este tipo de experiencia turística permite a las comunidades compartir sus tradiciones, gastronomía y artesanía, lo que ayuda a mantenerlas vivas, preservando la cultura local y fomentando el intercambio cultural entre los residentes y los visitantes.
– Impulso de prácticas agrícolas sostenibles. Muchas de las actividades que desarrolla el agroturismo se centran en la sostenibilidad y el uso de prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente. Esto propicia una mayor demanda de productos locales, contribuyendo, así, a la conservación de los recursos naturales y alentando a los agricultores y ganaderos a mantener prácticas sostenibles que preserven la biodiversidad.
El agroturismo es, sin duda, una tendencia en alza que beneficia tanto a los viajeros como a las comunidades rurales y ofrece una magnífica oportunidad de volver a conectar con nuestras raíces rurales y valorar la belleza de la vida en el campo.