Es mundialmente conocido que la mandarina es una fruta deliciosa, ya sea tomada en gajos o exprimida en zumo, pero, además es una fuente de beneficios para nuestro organismo por su alta concentración de vitamina C. En general, los beneficios de los cítricos son innumerables ya que, además de su principal uso como alimento, pueden ayudarnos a mantener la piel en un estado brillante gracias a sus propiedades, que son las perfecta aliadas de los cosméticos naturales.
La cáscara de mandarina -así como de naranja, limón, o pomelo- es una fuente de vitaminas y nutrientes que son de provecho para la piel o el cabello, además de contar con un olor muy agradable. Para poder utilizarla, es recomendable que estos cítricos provengan de cultivos ecológicos, ya que de este modo la cáscara estará libre de productos químicos que pueden alterar el resultado final.
En los últimos años, un gran número de productos cosméticos incluyen esencias y extractos de estos frutos en sus composiciones, gracias a sus propiedades antioxidantes, antibacterianas, de regeneración celular y de producción de colágeno. Los cítricos, y en especial la mandarina, ayudan a calmar pieles irritadas, aportan luminosidad y tonifican la piel, mejoran la circulación, limpian e hidratan la piel, combaten signos de estrés y de acné, entre otras muchas cualidades. Además, cada vez cobra más importancia la aromaterapia, con la aplicación de aceites esenciales que poseen propiedades terapéuticas sobre el cuerpo y el estado de ánimo.
Estos beneficios se pueden conseguir con la aplicación de cítricos de forma casera en la elaboración de mascarillas, cremas faciales, antiarrugas, geles de limpieza y exfoliantes, bálsamos anticelulíticos, desodorantes, perfumes, aceites naturales, cremas regeneradoras o sales de baño.
A continuación, te recomendamos algunas de las aplicaciones que puedes hacer con cítricos para el bienestar de tu cuerpo:
· Polvo de cáscara de mandarina o naranja: lava las piezas e introdúcelas en agua con bicarbonato y vinagre y déjalas reposar durante dos horas. Sécalas y corta la cáscara en tiras muy finas. Una vez cortadas, ponlas sobre una bandeja separadas para que se aireen. Deshidrata las tiras con una deshidratadora o en un lugar aireado que no tenga sol directo, durante varios días. Una vez estén secas, pulveriza las tiras con una batidora o un robot de cocina.
Cuando tengas el polvo, utilízalo para macerar aceite de oliva, con el que podrás hacer jabón o loción hidratante para el pelo o la piel. También lo puedes añadir a cosméticos como, por ejemplo, cremas de cara y cuerpo, champús u otros productos del cuidado de la piel y el cabello.
· Exfoliante natural: también puedes aprovechar la cáscara de cítricos para hacer este producto mezclando azúcar o sal marina con la ralladura de piel de limón y aceite de oliva o de almendra, en caso de tener la piel seca, o de aloe vera, en caso de tenerla grasa.
· Desodorante natural: licua las peladuras de los cítricos para obtener su jugo y empléalo como una alternativa natural a los desodorantes convencionales.
· Jabón: utiliza cualquier ralladura de cítricos para conseguir jabón natural con un toque muy aromático.